La humillación: realmente destructiva.
La humillación es un estado emocional altamente destructivo, se puede definir como la emoción que sientes cuando tu estatus como persona es disminuido o rebajado delante de otras personas.
Puedes sentirte fastidiado o incómodo cuando cometes una equivocación o fallas al tener que realizar una tarea, pero a menos que otros estén presentes para observarla eso es todo lo que sentirás. Necesitas que alguien más esté presente para sentir humillación.
Sorprendentemente es una emoción que no es estudiada frecuentemente por la psicología. Cuando se trata de otras emociones negativas es más común encontrar estudios acerca de: la ira, la ansiedad, los celos y el miedo por ejemplo, quizá porque tienen implicaciones más fáciles de identificar y herramientas más practicas para manejarlas.
Inclusive las personas más cercanas a ti y aquellas a las que amas pueden ser brutalmente insensibles cuando califican nuestros errores. Alegremente comentan nuestras equivocaciones delante de otras personas, o nos llaman la atención en público. Dependiendo de qué tan efectivas sean nuestras estrategias emocionales, puede ser que no le demos importancia, pero lo más probable es que deseemos desaparecer en ese momento.
Estar equivocado no necesariamente implica ser humillado, las personas más atentas, amables y cuidadosas así como los miembros de tu familia que te aprecian, demostraran cuidado y tacto al hacerte notar tus errores y de ninguna manera lo harán en público. Entonces ser corregido no necesariamente implica que vas a sentirte humillado. Es poco probable que te sientas bien contigo mismo si te corrigen de una manera que te avergüenza, independientemente de tu bagaje emocional y cultural.
Llevado al extremo la humillación es una modalidad de abuso y tortura psicológica. Es muy común esta práctica en el caso de guardianes de prisiones o delincuentes secuestradores que utilizan esta táctica para mantener psicológicamente controlados a sus prisioneros. Desgraciadamente también se da al interior de las familias, relaciones de pareja, colegios, universidades, centros de trabajo y el círculo social en que nos desenvolvemos, por mencionar algunos ejemplos.
Como el principal objetivo de la humillación es dirigida a una víctima es importante entender sus efectos. De a cuerdo al un estudio realizado (1) en el cuales se comparo las reacciones cerebrales ante la ira, la alegría y la humillación, los investigadores concluyeron que la respuesta ante la humillación era más negativa que la respuesta ante la ira y que a su vez la respuesta ante la humillación era más intensa que la respuesta ante la alegría.
La humillación promueve emociones muy dolorosas e intensas que conllevan a que la víctima se desvalorice de una manera auto destructiva.
Ronny Schmatz Wolff
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(1) Marte Otten y Kai Jonas de la Universidad de Amsterdam
