El fanatismo: ¿Una adicción?
Fanáticos con ideologías absolutistas son el peor azote de la humanidad. Sean lideres o seguidores, los fanáticos son personas que caen un una intoxicación de auto afirmación, actitud de saberlo todo y que solo ellos tienen el acceso a la verdad, una verdad única y absoluta. Por este motivo se sienten en la obligación de imponerla a todas las personas.
La verdad absoluta a la que los fanáticos se aferran puede ser de índole religiosa o política, de derecha o izquierda, cristiana o islámica, liberal o comunista, la nueva espiritualidad o la tradicional religiosidad. No es lo que creen lo que los hace fanáticos sino la manera en que lo hacen, tienen la ultima palabra, no sienten dudas ni la necesidad de considerar otros puntos de vista.
El fanatismo se comporta como una adiccion. Los fanáticos no admiten otra verdad que la suya, así como los adictos no admiten que tienen una adicción.
Los fanáticos se manejan en la vida de la misma manera que una persona alcoholizada conduce, creen que conducen perfectamente y matan a personas inocentes o se mueren ellos o se ocasionan a sí mismos daños irreparables, en el caso de los fanáticos pueden causar la muerte de miles o millones y ocasionar daños irreparables en las vidas de líderes o seguidores. Existen muchos ejemplos a lo largo de la historia e inclusive en la actualidad.
Hemos aprendido que tratar a los adictos como criminales no da resultado alguno para que se rehabiliten. Es más adecuado que admitan que están padeciendo una enfermedad de la cual no son responsables pero, si son responsables de su rehabilitación.
Lo que realmente se necesitaría es una terapia adecuada o grupo de autoayuda (como Alcohólicos Anónimos o Narcóticos Anónimos) para los fanáticos de cualquier índole, donde se les pueda transmitir el siguiente mensaje, “Si, efectivamente tu vida es un desastre y has causado un gran daño, pero no es necesario que te autocalifiques destructivamente, ni te sumerjas en la culpabilidad paralizante, no estás solo, juntos podemos superarlo”.
Sustituir el fanatismo por la racionalidad constante, entendiendo por racionalidad ese don único de la humanidad de cuestionar y analizar las supuestas verdades, a través de nuevas experiencias y nuevos descubrimientos o proposiciones que plantee la ciencia y las diferentes opiniones de las personas entendidas en tal o cual materia.
Admitir que no existe una “verdad”. Que debemos evaluar, comparar, estimar cuidadosa y humildemente para tener un mejor entendimiento de las cosas que suceden a nuestro alrededor, en nuestro yo interior y porqué.
Es una tarea que no se detiene a lo largo de nuestras vidas.
Ronny Schmatz Wolff
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