No pierdas el control: Habilidades comunicativas.
“Me considero una persona especialmente sensible al tono condescendiente que emplea cualquier persona al hablarme, me siento atacado y me doy cuenta que me pongo a la defensiva a la vez que me siento inseguro y vulnerable” Comentaba un amigo muy ofuscado.
La verdad es que muchos de nosotros tenemos ciertos “botones” que al ser tocados producen una respuesta automática, predeterminada, sin que seamos conscientes de estas reacciones emocionales, normalmente son reacciones que no nos hacen sentir bien.
Algunos puntos para tener en cuenta si esto sucede:
- Lo primero y más importante es que cuando una persona está diciendo algo (consejo no solicitado, culpándote o atacándote) usualmente está hablando acerca de si mismo. Antes de reaccionar pondera si lo que está diciendo realmente se puede aplicar a dicha persona. Es más, voltea la tortilla y pregúntale si lo que cree que tú sientes o deberías hacer es una experiencia por la que ha pasado.
- Digamos que estas conversando con alguien que simplemente no para de hablar y tiene el mal hábito de interrumpirte. Puedes levantar la mano con el índice hacia arriba y decir algo como: “Un momento, aun no he terminado de hablar”. Puedes también ser mas asertivo y cuando termine decir: “No había terminado de hablar cuando me interrumpiste y cambiaste de tema, me da la impresión que no te intereso ni yo ni lo que tenga que decir.” Puedes dejar que hable e interrumpa y decir algo más directo: “La verdad es que no te presté atención debido a que cuando me interrumpiste aun estaba pensando en lo que te estaba diciendo”
- Quizá solo buscas compartir una experiencia u ocurrencia con una persona y no le estás pidiendo consejo ni ayuda. Puedes detener la frustración que sientes manifestando algo como: “Solo estoy tratando de quitarme este peso de encima, yo sé lo que tengo que hacer no te estoy pidiendo ayuda ni consejo.” También puedes adelantarte a la situación y decir: “Solo necesito que me escuches, por favor no hagas comentarios.”
He mencionado algunas estrategias. Seguramente tú tienes las tuyas propias. Lo más importante es que mantengas el control de tus reacciones, que en ningún momento transmitas animosidad ni carga emocional. Cuida especialmente tu tono de voz y lenguaje corporal, no caigas en la trampa de tener un discurso asertivo y un lenguaje corporal que indica que no estás ecuánime.
Ronny Schmatz Wolff
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